Diario de un Indignado
El pasado 16 de marzo, el líder
indígena Ládio Veron, portavoz de los Guaraní-Kaiowa, compareció a las 17,00
horas en una sala contigua al hemiciclo
del Congreso de los Diputados, en el Palacio de las Cortes, para
denunciar todo tipo de violencia a la que es sometido su pueblo para
expulsarlos de sus tierras ancestrales.
Ládio lanzó un llamamiento a la
comunidad internacional para que no permita que este genocidio se concrete ya que
la expulsión de sus tierras significa la muerte lenta de sí mismos y de su
cultura. Los sucesivos gobiernos brasileños no han cumplido con sus
obligaciones contraídas en la Constitución de 1988 y no han delimitado el
territorio Guaraní-Kaiowa exponiendo a
sus miembros a todo tipo de violencia que varios sectores de la sociedad usa
para expulsarlos. “La falta de
demarcación es una razón y una motivación de nuestro genocidio. La ineficacia
de las garantías del Estado significa más muertes y dificultades de
supervivencia para nuestro pueblo”, declaró. El 65% de sus miembros viven
en “reservas”, amontonados en pequeñas áreas alrededor de sus territorios,
mientras enormes haciendas particulares y plantaciones de caña y de soja
transgénica se expanden, vertiendo ríos de intoxicación y destruyendo las
selvas milenarias.
Según el líder indígena, la
espera para que demarquen su territorio está envuelta en una increíble
violencia: amenazas, palizas, ataques con productos químicos, tortura,
violaciones, asesinatos. El Consejo Indigenista Misionero (CIMI) anuncia que en
2015 mataron a 137 nativos del país: 36 en Mato Grosso do Sul, en su mayoría
Guaraní-Kaiowa. La expulsión de sus tierras tradicionales significa la
destrucción de su mundo. Ellos eran habitantes de la selva, vivían en ella y de
ella. Su supervivencia física y espiritual, su visión de mundo, depende de su
relación con sus tierras. Y es por ello que ha comparecido en el Congreso de
los Diputados para pedir ayuda internacional.
Por este motivo el que suscribe que
estuvo en el acto del Congreso en representación del proyecto Gran Simio, pidió
encarecidamente a todos los partidos con representación parlamentaria española
que apoyen al pueblo Guaraní-Kaiowa y soliciten de manera urgente al Gobierno
de Brasil, para que pare este genocidio, protejan a todos los pueblos indígenas
y acaten las resoluciones de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
derechos de los pueblos indígenas adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 13 de septiembre de 2007.
Es una vergüenza que
precisamente en muchos de estos conflictos contra los campesinos y pueblos
indígenas estén implicadas multinacionales españolas y europeas. Para ello se
necesita una regulación urgente que impida que estas compañías operen violando
los derechos humanos sin respetar los ecosistemas naturales en otros países con
total impunidad. El abuso y el genocidio no deben de estar presente en ninguna
multinacional que trabaje en terceros países y la sociedad española debe ser
consciente de los productos que se consuman procedentes del acoso o el
genocidio de otros pueblos. El
organismo que debería proteger en Brasil a los pueblos Indígenas llamado FUNAI,
lo dirige un latifundista que en nada ayuda a los pueblos indígenas y que éstos
en Brasil se encuentran solos y abandonados a nivel internacional.
En Agosto de este año se va a
celebrar una gran Asamblea General en el Mato Grosso do Sul y en la que Ládio
invitó desde el Congreso de los Diputados a Europa para que sean los ojos de lo
que está pasando a su pueblo. En este mismo encuentro de reunirán numerosos
líderes indígenas.
Ládio es un verdadero héroe de
la Tierra. Su padre en 2001 viajó a Europa para denunciar la misma situación
que él lo ha hecho en el Congreso de los Diputados y a su regreso fue
asesinado. El sabe que tiene todas las papeletas para ser asesinado en cuanto
regrese en agosto a Brasil; por todo ello ha pedido a todos los partidos
políticos que denuncien esta situación, que apoyen al pueblo Guaraní-Kaiowa,
que se presione a Brasil para el cese del genocidio de este pueblo. Si el
Congreso de los Diputados muestra su silencio y olvida las palabras que se han
pronunciado en la casa del pueblo, será responsable por cómplice del genocidio
de este pueblo y de la vida de Ládio Verón.
Es una vergüenza que en este
llamamiento de socorro a un pueblo indígena de tantos como son acosados en el
mundo, de un líder que ha tenido la osadía de denunciarlo a sabiendas que tal
vez a la vuelta sea asesinado, no haya asistido a este acto que se celebró en
una sala contigua al hemiciclo del Congreso de los Diputados escasamente siete
diputados de todos los representantes políticos que se encontraban en el
Palacio.
¿Tan poco respeto tienen los
representantes políticos a los que hemos votado y pagamos para que ni si quiera
se acerquen como apoyo institucional a este gran hombre que por lo sencillo y
por el valor de su corazón y su lucha les da mil vueltas a cualquiera de ellos?
¿Cómo han tenido la osadía de ignorarlo en la propia casa del pueblo? El gobierno
no ha dado ningún comunicado en su apoyo, tampoco el resto de los partidos
excepto Podemos que fueron los que organizaron este acto y trajeron a Ládio al
Congreso para que su voz de auxilio fuera escuchada. Pero por desgracia,
nuestros políticos están más preocupados en tapar sus corruptelas o en
organizar sus partidos, que en salir en defensa de un pueblo que está siendo
asesinado, exterminado sin que la Comunidad Internacional haga nada y cierren
los ojos ante este grave problema de derechos humanos, violando con ello la
resolución de Naciones Unidas en apoyo a los pueblos indígenas.
Mientras tanto, líderes
indígenas y campesinos siguen siendo asesinados en muchos lugares de la Tierra.
Caen en silencio, sin que nadie les escuche, sin que nadie les tienda una mano.
El exterminio, el odio, la venganza y la codicia extiende como la pólvora.
Vergüenza ante un Congreso de los Diputados que creía estaba en a la altura de
la decencia humana. Vergüenza por este genocidio olvidado.
Ante mi indignación, transcribo
las pocas palabras que el líder indígena nos dijo entre lágrimas en sus ojos y
voz temblorosa pero firme. Una lección de valor digna de un pueblo defensor de
la vida y que sin embargo su voz ha sido difuminada por la ignorancia y la
vergüenza de quienes se suponen nos representan.
LLAMAMIENTO DE LÁDIO VERON EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Vengo en representación del clamor de mi pueblo. No podemos seguir más
con la presión a la que estamos sometidos por el gobierno. Nos están expulsando
de nuestras tierras, confinados en reservas, en áreas que ha resuelto el
gobierno. Pero hemos decidido volver a las tierras ancestrales donde están
enterrados nuestros antepasados.
Pedimos apoyo a nuestros hermanos europeos y les invitamos al Mato Grosso. Estamos siendo masacrados. A
pesar de que nuestros derechos lo garantiza la constitución, el gobierno nos
olvida. Hoy retomamos las áreas indígenas. Han sido asesinados 300 líderes
indígenas. Nuestro pueblo está desnutrido por el hambre. Pedimos a Europa que
apoyen a los pueblos indígenas, al pueblo Guaraní-Kaiowa.
Yo no he venido para hacer turismo, sino para contar la situación de mi
pueblo. No queremos sufrir más. Estoy
amenazado de muerte y no sé qué va a pasar conmigo cuando regrese a Brasil.
Mi padre Marcos vino en 2001 y a su regreso lo asesinaron y no pude hacer nada.
Vengo a pedir ayuda, que presionen al gobierno de Brasil. Este no ayuda
a ningún pueblo indígena. Yo sé que
estoy marcado para morir. Tenemos poca esperanza. Mi pueblo además de ser
asesinado se suicida. Hay corrupción en el gobierno. Por favor, presionen a
Brasil para que nos devuelvan las Tierras.
Esta es mi palabra.
PEDRO
POZAS TERRADOS (NEMO)
Fotografía:
Pedro Pozas Terrados
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